Las imágenes del partido de voley playa femenino entre Egipto y Alemania durante el segundo día de competición de los JJOO de Río se hicieron virales en las redes sociales debido al ‘choque de civilizaciones’ que representan.

De un lado de la cancha, las egipcias Doaa Elghobashy y Nada Meawad; del otro lado, Laura Ludwig y Kira Walkenhorst, de Alemania. El contraste entre las culturas de los dos países era evidente: mientras las germanas jugaban en bikini —la indumentaria habitual en voley playa—, las representantes de Egipto tenían el cuerpo casi completamente cubierto.

Debido a su religión, las deportistas egipcias tienen que llevar puestos pantalones y camisa de manga larga. Además de eso, Elgobashy, de 19 años, también lucía hiyab —velo tradicional musulmán—.

Pese a la derrota por dos sets a cero (21-12 y 21-15) frente a las alemanas, Doaa y Nada están muy contentas. Las dos son el primer dúo femenino de Egipto en competir en la disciplina femenina de voley playa en una Olimpiada.

Nunca antes Egipto se había clasificado para esta competición. Ni en hombres ni en mujeres. Las miradas y los focos se centraron en ella y en su acompañante, Nada Meawad, de 18 años. Elghobasy y su pareja se clasificaron para los Juegos de Río gracias a una ampliación del reglamento de la competición diseñada meses antes de los Juegos de Londres 2012.

Hasta entonces, las normas de este deporte señalaban específicamente que las jugadoras no podían llevar bikinis que midiesen más de siete centrímetros de ancho en las caderas. Ahora pueden elegir su indumentaria. Con este cambio se pretendía conseguir la participación de más países, además de Brasil, Estados Unidos y Europa, los grandes dominadores del circuito profesional. «La idea era abrirlo a otras culturas», dijo el jefe de prensa de la Federación Internacional de Voleibol Playa. «La meta es que cada día juegue más gente a este deporte». La medida ha sido un éxito. En el proceso de clasificación para Londres participaron 143 países. En Río, 169.

Precisamente aquí, hace ya 23 años, el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional Juan Antonio Samaranch, pisó la arena para presenciar varios partidos del campeonato del mundo de vóley playa. Al acabar, se acercó a los periodistas y dijo: «Este deporte merece estar en unos Juegos Olímpicos. Si no es en Atlanta (1996), que sea en Sidney (2000). Estoy impresionado por la calidad de esta competición». Y así fue. Se hizo olímpico en Atlanta, donde Estados Unidos y Brasil se colgaron la medalla de oro en categoría masculina y femenina, respectivamente. España logró su primer metal olímpico con una plata en Atenas 2000.

Fuente: http://verne.elpais.com y http://mundo.sputniknews.com